La clave para organizar actividades ecoturísticas inclusivas está en el diseño, en el papel primero, considerando todos los parámetros, en función de los perfiles y dificultades de la experiencia, y una vez diseñada, testeando, testeando, y testeando una vez más.
Para ello puede ser preciso utilizar herramientas que nos ayuden a identificar los puntos críticos, desde que se anuncia la experiencia hasta su cierre, centrándonos en lo que puede sentir cualquier persona, del perfil que sea, anticipando nuestras intervenciones y medios necesarios.
Una experiencia ecoturística es única de por sí. Encontraremos el día de su realización imprevistos, bien relacionados con el entorno y sus condiciones (por ejemplo climatológicas) y sobre todo por las personas (estado de ánimo, dolencias, estrés, etc.). Todo lo que tendremos anticipado, mucho mejor. Lo que no, dependerá de nuestra capacidad y actitud para atender, comunicar, ajustar. Eso sí, sin dejar a nadie fuera.
No procede separar un grupo ya formado o generar zonas de exclusión. Si así fuera, ya no estamos hablando de ecoturismo.
Evitar barreras físicas, en su gran mayoría lo habremos previsto en el diseño previo. Pero las más importantes cuando ofrecemos experiencias para todas las personas, pudiendo acceder, entrar, salir de un espacio sin esfuerzo físico y mental indebido, no tener estímulos lumínicos excesivos (o su carencia), evitando información no perceptible, teniendo en cuenta el esfuerzo mental para saber por dónde seguir (cuidado con los estímulos excesivos como luz, olor, ruido, multitud), o estímulos repentinos no controlables.
En definitiva, teniendo especial atención en los RITMOS, los USOS, la CALIDAD DE LA INFORMACIÓN, el ESFUERZO FÍSICO y/o MENTAL necesario, los TAMAÑOS en función de los ESPACIOS.
Lo que marca una gran diferencia en cuanto al cumplimiento de la accesibilidad universal cuando se organizan experiencias ecoturísticas, en la mayor parte de los casos, esas experiencias se desarrollan en espacios de terceros, habitualmente espacios públicos.
Aunque la legislación afecta a cualquier espacio, público y privado, bien es cierto que muchos espacios públicos no garantizan a todas las personas la igualdad de oportunidades respecto a los entornos, procesos, productos y servicios.
Recordemos que una comida o una cena en un restaurante, también es una experiencia ecoturística. La diferencia, en general, está en el marco en el que se desarrolla en un restaurante (con sus matices, siempre igual), y la intensidad. La intensidad de una comida o una cena es en general mucho más intensa que otras actividades ecoturísticas, los profesionales de la restauración lo saben bien, que además de su entorno y productos, su capacidad para minimizar barreras comunicativas y actitudinales es fundamental.
¿Qué debemos evaluar cuando testeamos una experiencia ecoturística inclusiva?
Algunos elementos en los que hay que fijarse…
- Cuidado con los pavimentos y estados de los suelos
- Comprobar los espacios de maniobra, con especial atención a los cambios de planos
- Baños, zonas de descanso, espacios de cuidado (para por ejemplo atención médica), problemas muy habituales cuando se trata de experiencias al aire libre, básicamente por su ausencia. Debemos volcarnos para de una forma u otra dar soluciones.
- Alcanzar objetos, señales, soportes informativos, accionar dispositivos (por ejemplo prísmaticos, gafas 360º), agarrar algo, una puerta, pasamanos, un dispositivo o algún artefacto, son detalles que no siempre tenemos en cuenta, cuando para muchas personas puede marcar la diferencia entre disfrutar o frustrarse.
- Pero lo más importante es sin duda la COMUNICACIÓN (verbal, gráfica, auditiva, táctil, sin olvidarnos de todo lo comunicamos de modo digital), y la ACTITUD (escuchar, observar, estar especialmente atentos en los momentos críticos identificados, preguntar, y cómo no dar la bienvenida de forma amena (evitar formalismos) y despedirse, si con un detalle (representativo de la experiencia) mucho mejor y servirá para recordar la experiencia, con alegría y una gran sonrisa, teniendo en cuenta que al finalizar una actividad, estamos todas y todos cansadas.
Caso práctico 1 y Buenas Prácticas: Pazo de Mariñan
Visitar el Pazo de Mariñán es obligatorio, tanto por su carácter patrimonial como por su valor ambiental.
Sin duda un espacio idóneo para la observación de aves, pasear entre árboles singulares y visitar y conocer la historia del Pazo de Mariñán. Este pazo está incluído en la Ruta de las Camelias y como Destino Observer de turismo científico.
Evaluar la accesibilidad universal del Pazo de Mariñán es un buen ejemplo para ver que con herramientas y criterios, sin grandes inversiones, podría convertirse en un espacio de referencia para que todas las personas puedan disfrutar de un entorno excepcional.
Se evaluaron 32 items, con varias visitas tanto fuera como dentro del Pazo. Los indicadores de color rojo son barreras recogidas en las leyes y normas en vigor, pudiéndose todas eliminarse con facilidad y coste bajo. Los indicadores de color amarillo son dificultades que podrían ser subsanadas sin un gran esfuerzo.
La eliminación de barreras y subsanación de dificultades hará que cualquier persona con especial necesidad pueda disfrutar de este magnífico entorno, acceder a zonas de especial interés, pudiendo contar que ha disfrutado plenamente. Y muy importante, todas las intervenciones sin que ninguna signifique una inversión sustancial, beneficiará al 100 % de las y los visitantes.
BUENAS PRÁCTICAS
Requisitos funcionales comunes
Cuando la prestación de los servicios de turismo accesible tiene lugar en un edificio o entorno concreto, el entorno construido correspondiente debe ser mantenido y gestionado de modo que se garantice la accesibilidad para la mayor variedad de usuarias y usuarios para que las personas puedan aproximarse, entrar, hacer uso del lugar, evacuarlo y salir en condiciones de igualdad.
- La llegada en vehículo y puntos para la bajada de pasajeros ubicados cerca de las entradas, accesos convenientes para los pasajeros que lleguen en taxi, transporte público o vehículo privado; dimensiones y diseño que faciliten el acceso de todos los usuarios;
- Entradas principales fácilmente identificables; sistemas de wayfinding y orientación para guiar a todos los usuarios; y con señalización e iluminación adecuadas.
- Ubicación de las plazas de aparcamiento accesibles cerca de la entrada principal, con itinerarios accesibles hasta el edificio o instalación;
- Señalización de las direcciones desde la entrada o desde el aparcamiento a las plazas reservadas y la apropiada señalización de dichas plazas;
Espacios higiénico-sanitarios
la accesibilidad en el diseño de aseos de uso público beneficia a numerosos usuarios y usuarias, aunque no tengan deficiencias o requisitos específicos en materia de accesibilidad. Por ejemplo, las cabinas espaciosas pueden beneficiar a personas con obesidad; un buen contraste visual entre paredes, suelos, puertas y accesorios ayuda a la orientación de todos los usuarios y especialmente de aquellos con deficiencia visual; los urinarios murales a distintas alturas son convenientes para personas altas y bajas; las barras de apoyo junto a los lavabos son útiles para las personas de más edad y las que tienen problemas de equilibrio; los grifos monomando son fáciles de manejar para las personas con lesiones temporales o artritis; y la iluminación adecuada favorece un uso de los aseos cómodo y seguro para todos.
Iluminación
Contar con la luz e iluminación adecuadas es de particular importancia para las personas con deficiencia visual. También permite que las personas con deficiencia auditiva puedan leer los labios o ver bien al intérprete de lengua de signos. Se debe tener en consideración lo siguiente:
- la coordinación de la iluminación artificial y de la luz natural;
- la función de la luz natural y la iluminación artificial, y los posibles problemas de destello, reflejos áreas de sombra, y de contraste excesivo luz-oscuridad;
- los niveles de luz e iluminación para las áreas con funciones diferentes (por ejemplo, rutas de acceso, mostradores, mesas de trabajo, aseos).
Señalización
El diseño de la señalización que toma en cuenta las necesidades en materia de accesibilidad de una variedad de visitantes con diferentes requisitos funcionales, permite a los turistas ubicar los lugares, los posibles riesgos y también orientarse en un entorno desconocido, debiendo tener en consideración lo siguiente:
- provisión y ubicación de señalización direccional, informativa y de orientación claramente visible que permita a los usuarios identificar los lugares y orientarse en
edificios, instalaciones y espacios públicos; - provisión adecuada de marcas en el suelo, mapas, elementos de las rutas, señales de dirección y paneles de identificación;
- materiales y durabilidad de la señalización;
- parámetros de diseño relativos al uso del color y valores de reflejo de la luz, estilos de fuente de los textos, tamaño y espaciado entre caracteres;
- provisión de formatos alternativos (por ejemplo, auditivos o táctiles: letras, figuras, señales y símbolos gráficos táctiles para personas con deficiencia visual) de acuerdo
con el principio de dos modos sensoriales; - uso de lenguaje sencillo y/o pictogramas para transmitir un mensaje que sea simple, fácil de interpretar y comprensible para todas y todos y, en especial, para las personas con dificultades de aprendizaje o cognitivas o las que no comprenden el lenguaje escrito.
Políticas y estrategias del sector público
Los destinos ecoturísticos posicionados como inclusivos y abiertos a todos los visitantes, de todas las capacidades, deben basar sus actividades en el marco de las políticas de «turismo accesible para todos», las cuales permiten una planificación adecuada y bien coordinada, el seguimiento y la mejora sistemática.
Las estrategias de turismo accesible suponen acciones concretas para implementar las políticas adoptadas y hacer sostenible, rentable y competitivo el turismo accesible. El alcance de estas políticas y estrategias depende de una serie de factores, incluyendo el nivel de desarrollo turístico, el número de visitantes y los factores socio-económicos.
El diseño de políticas y estrategias de accesibilidad a través de los principios del diseño universal debe involucrar plenamente a todas las partes interesadas para asegurase de que las acciones emprendidas sean de beneficio para todos los sectores de la comunidad de acogida y de las y los visitantes.
Caso práctico 2 y Buenas Prácticas: A02 Velas + CN Ría de Ares
A02Velas diseña y organiza experiencias náuticas inclusivas.
El entorno habitual es el mar, las rías, estuarios y ríos, con un factor determinante, el de la climatología: viento, mar de fondo, corriente, marea, condiciones que marcan la gran mayoría de las actividades ecoturísticas al aire libre, en tierra o en el agua. Factores que pueden afectar en menor o mayor medida las condiciones de accesibilidad, tomando las decisiones oportunas en todo momento para garantizar el bienestar y disfrute de todas las personas.
Pero lo más importante es disponer de los recursos adecuados, adaptados y adaptables a cualquier eventualidad, humanos y materiales. Y aquí la clave de las experiencias ecoturísticas, por mucho que se dispongan de recursos que tienden a ofrecer servicios 100% accesibles, se depende de terceros. En el caso de la náutica, los «terceros» son los puertos y sus instalaciones, los servicios de marinería, los servicios de información, como por ejemplo las oficinas de turismo, dando una información real y precisa.
A02Velas precisa de recursos humanos y materiales que permiten que cualquier persona pueda navegar, conocer esos parajes excepcionales a los que no se tiene acceso de otro modo, observar las aves escondidas en los juncales, navegar con nuestros guías los delfines, soñar viendo la puesta de sol o aprender a orientarse con las estrellas. Pero si las instalaciones portuarias no permiten que un vehículo adaptado se acerque a los pantalanes, que no se disponga de espacios higiénico-sanitarios, o que no haya personal de marinería para bajar las rampas cuando la marea está baja, de poco serviría disponer de embarcaciones accesibles con personal experimentado. Hace 5 años, los promotores asistieron a una regata supuestamente inclusiva, en la que varias personas se quedaron en el pantalán por no poder acceder a las embarcaciones. Fue la última vez. Desde entonces, nadie se ha quedado en tierra sin poder zarpar. Se ideó, se diseñó, se prototipó y se testeó embarcaciones 100% accesibles y 100% eléctricas de la mano de Xouva para que nunca más ocurriera.
A día de hoy, pocas siguen siendo las instalaciones portuarias que cumplen ese propósito, por desinformación, por desconocimiento de la legislación en vigor, por falta de principios, por qué no decirlo. Cuando las barreras son fundamentalmente de carácter actitudinal y de comunicación.
Enlace a PAUTAS para ser considerada una embarcación accesible.
Un caso de buenas prácticas, el Club Náutico Ría de Ares (*) en la Provincia de La Coruña. Un puerto con sus limitaciones de recursos, tanto por su estructura como de personal, pero comprometido con la accesibilidad universal. Las condiciones ambientales son las que son, con mareas entre 2 y 4 metros, influyendo notablemente sobre las inclinaciones de las rampas de acceso. Las zonas de acceso son amplias, los baños razonablemente accesibles, los pantalanes en buen estado y sin obstáculos. Sin embargo, se echa de menos elementos de señalización para una mejor orientación y localización. Pero lo más importante: su gente. Siempre dispuestos a ayudar (con buen humor), cuando las condiciones de acceso a los pantalanes podrían ser dificultosas por pendiente o resbalamiento (estamos en entornos marinos). Esas supuestas barreras a priori arquitectónicas desaparecen. Son cientos de personas, sin que nadie se quedará en tierra, que han podido participar en todas las experiencias náuticas ofrecidas por A02Velas. Recursos técnicos, humanos, equipos de seguridad permanentemente revisados, información antes y durante las experiencias, formación continúa del personal, y un sinfín de detalles para que cualquiera se sienta cómodo y tranquilo. Y sobre todo, actitud, actitud para escuchar, sensibilidad para saber cuándo y cómo ayudar, prestando atención a los ritmos, cuidando la comunicación, evitando esfuerzos físicos y mentales indebidos, o estímulos repentinos no controlables.
Sin esa actitud, determinados servicios podrían categorizarse como actividades, turísticas no.
(*) El Club Náutico Ría de Ares tiene el distintivo “Q” DE CALIDAD TURÍSTICA otorgado por el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), garantizando la igualdad de oportunidades en el acceso y utilización de las instalaciones y de los servicios que se prestan.
Enlace a la web del CN Ría de Ares: https://www.nauticoares.com/